El PSOE da el pistoletazo al nuevo curso y sitúa en primera línea al propio Pedro Sánchez. El secretario general ha marcado la senda a los suyos durante la reunión de la Ejecutiva Federal sentenciando la cercanía a la calle. A tal fin, se quiere poner el foco en las asambleas abiertas a todos los ciudadanos por toda España. En algunas ocasiones, protagonizadas por Sánchez que arrancará este mismo jueves, 11 de enero, en Granada y el sábado, 13, en Madrid.

La pretensión es recorrer 43.988 kilómetros en 52 asambleas abiertas en las que debatir, de entrada, sobre el futuro de las pensiones. Un problema de enorme magnitud para el que los socialistas ofrecen la vía impositiva, esto es, a través de impuestos, para garantizar su “sostenibilidad”. Según la cúpula del PSOE, la cuestión “no es de un gasto inasumible como lo ve el Partido Popular, sino de racionalización de sus gastos y de insuficiencia temporal de sus ingresos, que se han visto reducidos en los últimos años de forma indebida”.

Por ello, proponen cuatro medidas: “garantizar el nivel de pensiones actual en términos de su revalorización anual con el índice de inflación”, racionalizar los gastos, intensificar la acción de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y “ampliar sus ingresos con el recurso a una batería de medidas de expansión presupuestaria destinadas anualmente a completar los ingresos por cotizaciones hasta que éstos se vuelvan a equilibrar dentro del sistema”.

Precisamente, la propuesta socialista pasa por crear impuestos finales que subsanen la situación. En rueda de prensa en la sede de Ferraz, la secretaria ejecutiva de Seguridad Social y Pacto de Toledo, Magdalena Valerio, ha dejado claro que “si bien existen otras posibilidades de aumento de ingresos, en todo caso vemos necesaria una “cesta de nuevos impuestos” dirigidos de modo finalista y extraordinario a aumentar los ingresos del sistema de Seguridad Social”. Si bien, con un “hasta aquí puedo leer” evitó aportar más detalles sobre esa carga impositiva con la que el PSOE estima ingresos adicionales por valor de 2.745,28 millones de euros anuales.

Valerio ha eludido detallar la reforma fiscal que está elaborando los socialistas, pero ha incidido en que “bajo ningún concepto” perjudicará a las clases medias y trabajadoras. Las medidas, mantiene el PSOE, deben tener vigencia de inmediato y “hasta que las causas inmediatas del desequilibrio actual hayan desaparecido”. Según sus cálculos, “sólo a partir de 2050 se volverá a equilibrar el sistema”, dado que a partir de 2023 se producirá la entrada creciente como pensionistas de las cohortes del “baby boom”.

La opción del PSOE es similar a la que también proponen buena parte de las formaciones políticas. Tanto PP como Podemos han señalado la necesidad de pagar pensiones con impuestos. Claro que, a diferencia de los demás, Pedro Sánchez se zambulle en su suerte de campaña. Además de las pensiones, los socialistas aspiran a poner el foco en el empleo, la desigualdad o la violencia de género…. Una agenda social que, asumen en la calle Ferraz, es la que preocupa al español de a pie y que aspiran a identificar con sus siglas.