No dan literalmente a basto. La nieve y el hielo se han instalado en la Península en este frío invierno y los productores, distribuidores y vendedores del mejor descongelante natural que existe, la sal, trabajan estos días a todo lo que dan.

Es el caso en el almacen que Salinera Española tiene en un polígono de Vallecas. Los camiones van llegando y se van cargados con miles de kilos de sal gorda para carreteras y pavimentos con un ritmo trepidante.

Allí trabaja Javi desde hace más de una década, nos habla mientras trabaja subido a la máquina en la que transporta palés de sal en bolsas de 25 kilos o sacas de 1.200 kilos “todo es para el deshielo ahora claro para el deshielo y aquí estamos ahora a tope. La gente se acuerda cuando están cayendo los copos de comprar sal y yo ahora tengo que correr. No damos a basto, además de verdad”.

Entre los clientes que llegan a este almacén madrileño cuyas reservas bajan por minutos camiones con destino a Móstoles, Colmenar Viejo o Tres Cantos. Al mando de uno de estos camiones con destino final en una empresa de venta de materiales está Antonio que constata que “llevábamos unos años que no se vendía nada de sal y este año, mira, todo el mundo pidiendo sal”.

El 7 por ciento de la sal que se fabrica en España se usa para el deshielo. Hablamos de 300.000 toneladas cada año, hasta 500.000 cuando el invierno como éste es recio. Un volumen que cubre el 90 por ciento de la red viaria española-autopistas, carreteras nacionales, autonómicas y provinciales-para afrontar el frío invernal y las intesas nevadas.

A pesa de que según recalca Javi la sal no caduca y por tanto se puede almacenar con tiempo, la previsión no es nuestro fuerte y los clientes llegan uno tras otro.

Algunos llegan tan tarde según explica a COPE el coordinador de calidad y medioamiente de la empresa desde Murcia que ya ha nevado y entonces no les dejan ya acceder con los camiones. Otros disponen en cambio de silos y de lugares de almacenamiento en lugares estratégicos próximos a zonas donde las nevadas son frecuentes.

Cualquier tipo de sal sirve como descongelante pero para las carreteras y las aceras se suele emplear la más básica y gruesa para rebajar el punto de congelación del agua y evitar la acumulación de nieve y de hielo.

En total en España y según los datos de la Asociación Ibérica de Fabricantes de Sal (AFASAL) la producción de sal en la Península Ibérica es de 5,2 millones de toneladas cada año y el sector factura cerca de los 200 millones de euros en España y Portugal.