El subinspector Gabriel y el agente Marcos son dos de los policías nacionales que se quedaron atrapados por las llamas cerca de Vigo, durante la ola de incendios que ha asolado los montes gallegos desde el pasado fin de semana, un que Marcos recuerda "como un auténtico infierno, una situación límite, una situación que no quiero volver a vivir".

El agente Marcos ha contado, en referencia a una carta publicada en los medios por un compañero en la que apuntaba que algunos compañeros llegaron a llamar a sus familias para despedirse, que "la situación era límite, te llegas a plantear muchas cosas. La bajada era un infierno, no era camino, era fuego. Pensar eso era racional".

Marcos ha sido todavía más explítico: "Pensé que me quedaba allí". Ahora, apunta, "seguimos pensando que es un milagro" que salieran vivos de aquel lugar, pero que lo consiguieron gracias al "ansia de sobrevivir, con decisión" y con "la colaboración del resto de mis compañeros, logramos abrir una vía". Y además, "los vecinos reaccionaron bien a nuestras indicaciones".

El subinspector Gabriel estaba al mando del operativo improvisado, porque según ha apuntado, "fueron policías que estaban fuera de servicio los que vinieron de forma voluntaria", y con todos se formaron ocho dotaciones. Pero destaca sobre todo "la participación ciudadana", que califica de "brutal". "Nos preguntaban de qué forma podían ayudarnos, fueron momentos de tensión, difíciles".

"Nos encontrábamos en una zona fuera de nuestra demarcación y eso complicó un poco la intervención", ha contado el subinspector, quien asegura que cuando llegaron a la zona "el viento hacía preveer lo peor".