El Comité Ejecutivo del PP analizará este viernes el “fracaso total” de su estrategia en Cataluña, que ha convertido al partido en una fuerza residual en una de las principales comunidades de España.

La noche electoral acabó confirmando las peores sospechas para los populares, que vieron cómo Ciudadanos arrasaba aglutinando todo el voto útil en estos comicios, pero, como apuntaba un dirigente popular, “nunca el voto útil va a ser más inútil”. Detrás de esta frase se encuentra una amarga crítica a la formación de Albert Rivera que, con sus continuos llamamientos a concentrar el voto en favor de su formación, ha acabado restando apoyos y escaños al PSC (que se ha quedado muy lejos de sus expectativas) y, sobre todo, al PP,  escaños que han ido a parar, como habían advertido, a manos de los independentistas.

La formación que lidera Mariano Rajoy se había marcado como objetivo conseguir los casi medio millón de votos que suelen lograr en las generales, pero solo han podido obtener el apoyo de 184.000 catalanes. Con el paso de las horas, se confirmaban sus peores pronósticos, y crecían las críticas a la dirección nacional por haber subestimado el tirón de Ciudadanos que pronosticaban las encuestas.

La formación naranja ha recogido además, apuntan, los frutos de la aplicación del 155, cuando a principios de septiembre, recordaban, se negaban a aplicarlo porque supondría “matar moscas a cañonazos”. Las críticas se hacían extensivas también al candidato Xavier Albiol que estaba permanentemente cansado, al decir de algunos.

Pero el temor en la calle Génova es que esa ola a favor de Ciudadanos tenga su reflejo a nivel nacional. La consigna pasa por rechazar que los resultados sean extrapolables al resto de España, pero muchos reconocen que habrá que modificar la estrategia para que Rivera no se siga apropiando del relato popular.

Y aunque algunos siguen poniendo en tela de juicio a Rajoy, lo cierto es que su liderazgo no está ahora mismo en juego, siempre que consiga aprobar los presupuestos y prolongar un año más la legislatura. Hace dos días, el presidente se mostraba confiado en poder hacerlo y auguraba un buen año en el plano económico, si lo de Cataluña no sigue haciendo daño a nuestras previsiones, algo que, después de los resultados de ayer, vuelve a estar en duda. Pablo Casado aseguraba eso sí, que “nada volverá a ser igual”, que el desafío no podrá repetirse, una tesis que puede ser real, o que puede formar parte de los tradicionales deseos navideños propios de estas fechas.