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El presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, se ha mostrado dispuesto a consensuar modificaciones de la reforma laboral de 2012, por ejemplo en materia de flexibilidad o para combatir las "bolsas de precariedad" en el trabajo.

Durante la segunda jornada del curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo "La economía ante el blockchain", Garamendi ha considerado que la patronal podría llegar a acuerdos con los sindicatos en "todo aquello que pueda mejorar el mercado de trabajo".

En concreto, Garamendi ha aludido a temas de flexibilidad o la lucha contra las "bolsas de precariedad" que han surgido de la "mala gestión de ciertos contratos" como ha ocurrido con la externalización, de la que algunas empresas "se han aprovechado para tirar precios" como en el caso de las camareras de piso o "kellys".

En cambio, ha rechazado la reclamación de los sindicatos de que el convenio de empresa tenga prioridad sobre el sectorial porque "la empresa tiene que tener libertad para elegir su modelo de relaciones laborales".

Los sindicatos amenazaron ayer con retomar las movilizaciones si no se modifica la reforma laboral, ya sea mediante acuerdo con la patronal o a iniciativa del Gobierno.

Garamendi se ha mostrado confiado de "poder dar una buena noticia a este país en los próximos días" en referencia al acuerdo salarial con los sindicatos, que se sigue negociando, y ha afeado que haya partes que cuenten "en alto" cuestiones que no están cerradas.

Con respecto a su posible candidatura para la presidencia de la CEOE se ha limitado a apuntar que estará "donde los demás quieran que esté", una cuestión que se verá en octubre o noviembre, aunque el presidente, Juan Rosell, tiene capacidad para adelantar el proceso.

En estos momentos, ha añadido, no hay planteamiento de ir a un proceso electoral sino que los miembros de la patronal tienen que "trabajar e innovar" para decidir "quién puede gestionar ese futuro y yo soy uno de ellos".

En materia de nuevas tecnologías, que han centrado su intervención inicial, Garamendi ha considerado que "no estamos en un cambio de ciclo, estamos en un cambio de era" en la que la digitalización ha conllevado la globalización.

La nueva revolución industrial "nos va a cambiar todo", ha advertido, empezando por el mundo del trabajo en el que la formación va a tener que ser permanente y que requerirá modificar "radicalmente" el modelo de educación.

También va a cambiar la financiación, ha añadido, al tiempo que ha recordado que el principal problema de las pequeñas empresas sigue siendo la morosidad.

En cualquier caso, ha advertido de la necesidad de ver la tecnología desde un punto de vista "ético", por ejemplo con la protección de datos o el control de la economía sumergida.