Valencia acoge desde hoy una exposición en la que se puede ver a un Ignacio Zuloaga "muy desconocido", con obras inéditas de colecciones privadas que hasta ahora no se habían expuesto y que muestran la evolución de un pintor para el que el arte era "emoción por encima de todo".

"Zuloaga. Carácter y emoción" recorre a través de 66 lienzos, una veintena de ellos inéditos, la trayectoria de este pintor clave de finales del siglo XIX y principios del XX, desde que con 18 años llegara a París para formarse hasta su fallecimiento en 1945, gracias a la colaboración de 29 prestadores.

El Zuloaga más icónico, con su pintura de fuerza, de luz disociada y fondos de tormenta, se muestra en esta exposición junto al pintor más íntimo y más sutil, que retrató a su familia y a sus amigos de la Generación del 98, como Manuel de Falla, a quien por cierto no le gustó su retrato, Azorín o José Ortega y Gasset.

Escenas de la España negra reflejadas por un pintor que era defensor de los gitanos y hablaba caló, al que le gustaban el flamenco y los toros y llegó a torear como semiprofesional, se unen a obras que reflejan su admiración por Velázquez, Goya o el Greco, y también a retratos oficiales de burgueses y aristócratas.

En la presentación de la exposición, que se podrá ver en la Fundación Bancaja hasta agosto, la nieta del pintor y presidenta del patronato del Museo Ignacio Zuloaga de Pedraza (Segovia), María Rosa Suárez Zuloaga, ha asegurado que es emocionante que la tierra de Sorolla acoja esta muestra, donde por primera vez se ven los retratos que le hizo su abuelo.

"A mi querida nietecita Rosita, de su abuelito", reza la dedicatoria del pintor, de quien su nieta asegura que "era estupendo y entrañable" y un "defensor de la familia", que además siempre mostró su obras, tanto las propias como de otros autores, y les enseñó que ese es el camino para "hacer cultura".

Ha asegurado que Zuloaga "profundizaba en la pintura igual que en la amistad", que es la que ha permitido articular esta exposición en la que se ha trabajado durante un año y medio y ha agradecido que retratos de "damas maravillosas" y personajes que hasta ahora estaban en salones particulares se muestren el público.

"Son cuadros que han unido familias", ha indicado María Rosa Suárez, quien ha relatado que se pueden ver pintores, escultores, filósofos o toreros, a los que Zuloaga consideraba sus amigos, pero también políticos y damas de la alta sociedad que buscaron el prestigio de tener un retrato pintado por un artista internacional.

Entre las obras inéditas, figura un retrato de Azorín pensando en España, que desde que lo pintó Zuloaga en 1941 no se ha había expuesto; el de Leonor Servera, esposa de Juan March, perteneciente a la Fundación March; o los retratos de la señora de Areilza o de la señora de Garay.

Junto a ellos, se puede ver a Ortega y Gasset, retratado en la propia casa del pintor; al músico Manuel de Falla, con el fondo de Granada y varias partituras; al pintor Balenciaga, que consultaba sus obras a Zuloaga y al que este prestó un traje para el cuadro, a los Torerillos de Turégano o al torero Belmonte.

Los comisarios de la exposición, Sofía Barrón y Carlos Alonso, han señalado que esta es una exposición "fundamentalmente sobre pintura", pues no se basa en cuestiones históricas o biográficas de Zuloaga, sino en cómo el artista construye el carácter humano y cómo pinta para producir emoción.