El cineasta valenciano Pedro B. Abreu debuta en el cine con "Blue Rai", una pequeña producción, que se estrenará en las salas comerciales el próximo 13 de abril, y que combina el cine de secuestros con la comedia romántica.

"Blue Rai", que obtuvo el Premio del Público en el último Festival de Cine de Málaga, está ambientada en un videoclub cuyo propietario, Rai, es un treintañero a quien deja su novia por teléfono sin darle mayor explicación y por el arte de los guionistas se hace con el timón de un secuestro con rehenes en el mismo local con la única demanda de que la policía encuentre a su novia.

Santi Bayón, Josep Seguí, Cristian Valencia, Mireia Guilella, Vicky Luengo, Biel Montoro, Betsy Túrnez y Pep Ambròs integran el reparto.

El director ha dicho a Efe que cuando comenzó junto con el guionista Carlos Franco hace siete años decidieron escribir "una historia que no se resintiera por la falta de medios y el argumento nació de esta necesidad orgánica".

De esta necesidad surgió la idea de "hacer una película de secuestros, teniendo muy presente la 'Tarde de perros', de Sidney Lumet, combinada con elementos de comedia ligera".

Admite Abreu que el protagonista es "una especie de Don Quijote que de tanto ver películas acaba confundiendo la realidad con la fantasía".

Para el director, "al no poder competir con las comedias habituales comerciales, que tienen presupuestos de 2 o 3 millones", se vieron obligados a "buscar un enfoque diferencial" y dirigirse a "un público más joven".

Por esta razón, explica el realizador, en la posproducción se incluyeron elementos gráficos, que casi la convierten en "una película gráfica" con referencias al cómic, y en el guión se introdujo un personaje youtuber.

De esta mezcla surgen "el contraste entre la nostalgia de los treintañeros con el uso de las redes sociales de la generación más joven".

El youtuber es "un adolescente que contrasta con las ideas del protagonista y que le da una visión más fresca de entender el amor".

Y añade Abreu: "Si en 'Tarde de perros' la forma de comunicar con el mundo del secuestrador es reclamar la presencia de la televisión, en nuestra película lo lógico es utilizar las redes sociales".

La película es también "un homenaje a los videoclubes, que están en peligro de extinción".

Abreu quería rodar en un videoclub, "primero porque es una película muy referencial a los ochenta, a esa nostalgia, a los 'Goonies', y también porque el protagonista necesita aprender que el amor en la vida real no es el de las películas". EFE.