Los restos óseos del león de las cavernas de Arrikrutz (Guipúzcoa) se exponen por primera vez al público en la sala de pieza única del Museo de la Evolución Humana de Burgos.

La abundancia de restos del animal localizados en la cueva guipuzcoana en 1966 ha permitido hacer una reconstrucción del esqueleto, situado frente a una silueta que reproduce la que debió tener el animal.

Se trata de un ejemplar adulto que debió medir entre un metro y 1,20 de altura y pesar unos 250 kilos.

Durante la exposición se realizaran estudios para datar exactamente el ejemplar, que debió vivir antes de la última glaciación, y al que se extraerán muestras de ADN para compararlo con otros leones actuales y de diferentes épocas, ha anunciado en la presentación de la exposición el director del museo, Juan Luis Arsuaga.

La directora general de políticas culturales de la Junta de Castilla y León, Mar Sancho, ha explicado que el león de las cavernas compartirá espacio en la misma sala, presidida por una escultura realista de un león de esa época, con otros restos de animales carnívoros que debieron ser coetáneos.

Destacan un cráneo completo con mandíbula de un leopardo, de la cueva de Allekoaitze (Guipúzcoa); y una mandíbula de hiena de Labeko Koba (Guipúzcoa); ambos cedidos por el centro de colecciones Gorddailua, del Gobierno Vasco; junto con otras piezas procedentes de Madrid y Vizcaya.

La exposición se completa con un mapa de la distribución de las tres especies de leones que coexistieron en el Pleistoceno en varias zonas del mundo y una muestra de las representaciones de leones realizadas en la prehistoria por humanos en distintas etapas.