Analiza Santi González este jueves en ‘Herrera en COPE’ lo ocurrido estos días en Canarias, “ante las dificultades que a nuestra Fiscalía-¡también al Tribunal Supremo!- le plantea un juez de Schleswig-Holstein por el caso Puigdemont, parece que ha decidido probar suerte en un asunto más accesible, contra un jurado canario, que por siete votos contra dos ha declarado a un  anciano de 83 años, culpable de homicidio por matar a uno de los asaltantes de su casa”.

Recuerda el tertuliano lo que ocurrió “un día de 2015 sufrió el asalto de dos enmascarados armados con una pistola que resultó ser simulada. Rompieron los huesos de la mano a su mujer pillándola con una puerta, mientras ella les ofrecía tarjetas de crédito porque en casa no tenían dinero en efectivo. Jacinto tenía una pistola que resultó ser auténtica y disparó a uno de los asaltantes, causándole la muerte”

A continuación relata una serie de acontecimientos que han tenido lugar en nuestro país en distintos juicios y casos “el jurado, esa moda extranjerizante que nos trajo el ministro Belloch, ha encontrado al anciano culpable de dos delitos, uno de homicidio y otro de tenencia ilícita de armas. Ah, los jurados, carne de nuestra carne, sangre de nuestra sangre y reservas de la corrección política que han aprendido en la tele. Son muestras de ese buen pueblo español que condenó a Dolores Vázquez como asesina de Rocío Wanninkof, quizá porque tenía una relación lesbiana con la madre de la víctima. También un jurado puso en libertad a Mikel Otegi, un etarra que había asesinado a tiros de escopeta a los ertzainas José Luis González e Iñaki Mendiluze. Un juez profesional tuvo que anular el fallo, pertinente aquí la polisemia, pero el asesino ya había huido a Francia, donde fue detenido ocho años más tarde y entregado a España después de cumplir condena”

Y vuelve Santi González a la carga con el caso de Jacinto, el anciano declarado culpable por homicidio: “el jurado canario consideró por mayoría que el acusado actuó en defensa propia, pero no legítima del todo, porque había alternativas “menos gravosas” para impedir el riesgo real existente en el asalto. Quizá afearles su conducta y hacerles ver que asaltar a dos ancianos y romperle los dedos de una mano a una mujer en su propia casa era propio de gente desconsiderada”

“Este es un país muy singular. Ahora darán vueltas para eximir a Jacinto de ingresar en la cárcel. Por la edad. El jurado debería haberle absuelto por homicidio y la Fiscalía debería solicitar que conceda a este hombre ejemplar permiso de armas para que pueda defender su casa y proteger a su familia”, concluye.