El hecho se desprende que el mercado se está reactivando y por ello se están produciendo “compras por parte de los operadores comerciales al objeto de acaparar cosecha para sus clientes, aunque ciertos mensajes  de compradores sean desalentadores, existe la siguiente contradicción: ¿Si el mercado no las quiere, entonces porqué vienen a comprármelas?”, afirma Doménec   Por tal motivo, la organización agraria recomienda a los citricultores castellonenses  que, en la medida de lo posible,  “no se precipiten a la hora de vender sus cosechas”. En la actualidad, los comercios están pagando la clemenules, según las informaciones que ha recopilado Fepac-Asaja, del orden de 0,24 euros/kilo “pero puede llegar a cotizarse, al igual que ocurrió el año pasado en la segunda mitad de la campaña, entre 0,30 y 0,38 euros/kilo”, afirma Nàcher.   A favor de la clemenules juega que la campaña llega este año con aproximadamente 10 días de retraso y existe una reducción de las exportaciones de cítricos de 217 toneladas frente a lo que se exportó el año pasado a 16 de octubre. Es decir, este año “los productores castellonenses de cítricos tienen las condiciones de cara para obtener el máximo rendimiento económico porque al venir la fruta con retraso podemos desmarcarnos de la competencia”, subraya el representante de Fepac-Asaja, quien insta a los citricultores “a no malvender el trabajo de todo un año”.   En este sentido y para garantizar el mejor marco comercial posible para la clemenules, Nàcher defiende la adopción de tratamientos para retrasar la maduración y recolección de la fruta “para que aparezca en el mercado lo más tarde posible y cuando sea la principal oferta citrícola, algo que sucederá a finales de noviembre o principios de diciembre y, de esta manera, abarcar la campaña de San Nicolás, Navidad y Reyes”.