El conjunto leonés, que llegaba a esta cita europea después de las dudas generadas con sus últimos resultados, sobre todo la clara derrota liguera ante el Quabit Guadalajara, despejó todos los temores con un partido intenso, al máximo de concentración y que controló en su totalidad.
Las diferencias, ya en la primera parte, llegaron a alcanzar los cinco goles en diferentes fases (6-11 y 11-16) con un juego muy resolutivo en ataque y una defensa bien amparada en el trabajo de Nacho Biosca en la portería, una de las novedades, junto a la presencia de Juanjo Fernández en ataque en el lateral izquierdo.
Precisamente el castellanomanchego fue uno de los destacados en la faceta realizadora, con su agresividad, que transmitió al resto de compañeros.
El Valladolid llegó por delante al descanso (13-17), ya con el argentino Federico Vieyra mostrando también su poderío en el lanzamiento, más evidente y fundamental en la segunda mitad.
Tras el descanso, el equipo leonés siguió controlando la situación, a pesar de algún atasco puntual ante la defensa más abierta de su rival que, sin embargo, pese a su inferioridad, llegó a acercarse peligrosamente a dos goles (24-26), aunque tras un error en el lanzamiento de una pena máxima por parte de Juanín García, no fue capaz de lograr anotar un solo tanto en los últimos 6 minutos.