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'Con Basket Sí Hay Paraíso'

La NBA o la orquesta del Titanic

Imagen del partido entre Utah Jazz y Los Ángeles Lakers. REUTERS

Imagen del partido entre Utah Jazz y Los Ángeles Lakers. REUTERS

Jordi Jiménez | Cope.es

Tiempo de lectura: 6'Actualizado 18:30

Calificar con algo inferior a apasionante al nuevo curso NBA no es una opción, lo cual no equivale a perfección, será porque la perfección no existe y sólo una búsqueda de la misma hace de cada competición, de cada partido, de cada plan de acción, de cada organización deportiva, algo mejor. Asistimos a una concentración de estrellas, lo cual no es el plan perfecto de la NBA que predica la dispersión, más equipos atractivos y mejores partidos, más igualdad en definitiva.

Pero cómo enfrentarse a un monstruo si no es con otro monstruo. ¿Qué otro camino quedaba para los equipos alternativa que rearmarse? ¿Y qué es mejor? Es mejor una concentración de estrellas  en varios equipos que intenten tener alguna opción para ganar el título o una dispersión de estrellas aun cuando se corra el riesgo no de no poder ni toser a los dos últimos dominadores de la liga, Cleveland Cavaliers y en especial Golden State Warriors.

El todos contra Warriors que se ha hecho popular estos días  en los medios especializados tiene sentido, porque el equipo dominador es el de la Bahía de San Francisco, y porque en la NBA una dinastía está bien vista hasta cierto punto. Los equipos dinásticos que dominaron durante años la NBA alimentan la leyenda y la nostalgia, son muy bien vistos especialmente cuando son pasado. Mientras tanto pueden contar con adeptos y fieles, pero a la liga y al resto de equipos y fans no les gusta un pelo. Cómo sino afrontar una temporada en la que sabes que vas a perder seguro, eso no le gusta a nadie, así que mientras dominan, son una pesadilla. 

Las imágenes del pasado, el tributo a equipos y jugadores legendarios que se hartaron de ganar en efecto son parte de la imagen de la NBA,  una nostalgia conmueve el corazón cuando se repasan las imágenes de grandes jugadores o equipos que dominaron, pero otra cosa es sufrirlos en el presente. Y cuando te enfrentas a monstruos de tantas cabezas como los Warriors, o a un hacedor como Lebron James que convierte en aspirante a cualquier equipo en el que esté, necesitas algo más que promesas o un equipo apañadito.

¿Como enfrentar semejante fortaleza si no es armado hasta los dientes? Dice Michael Jordan que habrá un par de equipos grandes y el resto basura que lo pasará mal para sobrevivir, y le replica Silver (comisionado NBA) que quizá habla así porque su equipo (Charlotte Hornets) no es uno de esos aspirantes, pero algo de razón tiene MJ. La concentración de estrellas es la solución y el problema. Solución para intentar derrocar al campeón, la alternativa es construir un equipo con tiempo vía Draft, pero también problema porque la emigración a algunos lugares deja despoblados otros. Ley de vida. 

¿Cómo analizar esto? es decir, para tener opciones ante Warriors y Cavaliers hay que concentrar tanto talento como puedas, algo que hasta los nuevos contratos televisivos era bastante más complicado. Era difícil juntar un par de estrellas o tres, porque uno o dos tendrían que salir perdiendo económicamente, no daban los números. Pero ahora los equipos que se refuerzan en proyectos de rendimiento inmediato para aspirar a lo máximo han encontrado el camino atrayendo a otras figuras a las que  han hecho espacio salarial, Paul George y Carmelo Anthony a Oklahoma, Kyrie Irving y Gordon Hayward a Boston Celtics, Chris Paul a Houston Rockets, Isaiah Thomas y Wade a Cleveland, Jimmy Butler a Minnesota.

Y cómo sino poder competir con los todopoderosos Golden State Warriors, que a su maquinaria perfecta añadieron la pieza definitiva, Kevin Durant. Es cierto que la concentración de talento ahora está en un número reducido de equipos, lo cual va a provocar posiblemente un mayor número de partidos insustanciales desde el punto de vista de la competitividad, es posible que haya más minutos de la basura. Pero no es menos cierto que habrá también más partidos entre teóricos candidatos, ¿quiénes son? en el Oeste Warriors, Houston, San Antonio, Oklahoma. En el Este Cleveland y Boston de nuevo, y hay que ver hasta dónde llegan Toronto y Washington.  En medio, un buen puñado de equipos que sobre el papel pueden estar en zona muerta y con pocas opciones desde el principio. Mientras la clase alta ha aumentado, está por ver cómo ha quedado la clase media, y si se distingue bien la clase media de la baja, está por ver.

Pero esto es lo que dice la teoría ¿y si no se cumpliera la teoría? porque estamos hablando de un juego de sumas, que no de baloncesto. A mayor talento más posibilidades por supuesto, pero cuan competitivo será ese equipo que sume talento es algo que se construirá sobre cada entrenamiento y cada partido. ¿Podrían no funcionar los Thunder de Westbrook-George-Anthony? puede, aunque lo tiene todo para ser un gran equipo. ¿Podrían no conjugar Paul y Harden en Houston? ¿puede Irving condicionar a los Celtics ? Irving es un jugador mágico, pero está por ver si es arquitecto para un equipo campeón, porque hasta ahora ha funcionado más como finalizador junto a Lebron que como generador. Su reto es ése, ser un jugador franquicia de verdad hacia el anillo, sus finales siempre han sido desde la llegada de Lebron a Cleveland. 

Empieza la NBA y el calificativo por debajo de apasionante no es una opción decíamos, y lo hace con dos Barça-Real Madrid, no hay medias tintas. Empieza con el Cleveland-Boston, el regreso nada menos que de Irving con los Celtics a Cleveland como primer asalto, toma ya, y en el Oeste con un Warriors-Houston. No hay medias tintas, no hay casualidades. Atrapar desde el primer momento al espectador, no hay nada que esperar, la liga es larga y hay mucho que hacer.

Es una liga de consumo lento y no rápido, a pesar de lo que pudiera parecer. Se venden momentos, es cierto, se expone su magnetismo y maravilloso momento de la noche, asistencia de la noche, canasta de la noche, mate de la noche, mejor actuación de la noche, etc etc. domina los highlights de todo el mundo, pero es una competición que se cuece a fuego lento, porque en una misma temporada ante tamaño número de partidos los equipos pasan por rachas de agitación, de euforia, de depresión, de incertidumbre, un camino largo de 82 jornadas y un playoff durísimo.

Empieza dos semanas antes para estirar el calendario y reducir la concentración de partidos en semanas y esos temibles back to back, pero a cambio la liga exige compromiso a los equipos y castiga la ausencia de estrellas en un partido televisado para todo el país. 

Mientras también el país sigue en permanente sacudida al ver quién lo preside, la comunidad afroamericana, es decir, la NBA, lleva mal tener un presidente racista. Por primera vez el campeón no visita la Casa Blanca, y se sigue hablando de protestas durante el himno. Todos los países tienen sus miserias, qué vamos a contar ahora aquí. Si de algo nos sirve la NBA es de higiene mental, para limpiarnos de la toxicidad que nos invade estos días en nuestro país. Es el último refugio, el deporte, y no siempre, la NBA también tiene sus problemas, en EEUU hay graves problemas, pero el juego nos permite centrarnos sólo en eso, es la orquesta del Titanic que sigue tocando su música mientras algo está pasando, siempre nos quedará la NBA. 

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España potencia NBA

No conviene olvidar que España es potencia en la NBA, tanto en número de jugadores, nueve como en papel que desempeñan estos jugadores. Y ha querido el destino que este año dos españoles estén en dos centros de operaciones clave en la geografía NBA. Calderón tras su fichaje frustrado con los Warriors de hace un año ha ido a aterrizar mire usted por dónde en Cleveland. Calde va a tener minutos de calidad en uno de los aspirantes al anillo, mientras se recuperar Isaiah Thomas de su lesión de cadera, Calde deberá dar descanso a Rose y entenderse con Lebron, como Pau Gasol se entendió con Kobe Bryant en los Lakers. 

El otro español que está en el lugar adecuado en el momento justo es Álex Abrines. El escolta afronta su segundo año en Oklahoma, que ha pasado de ser un buen equipo con Westbrook a ser un equipo aspirante a todo con la llegada de Carmelo Anthony y Paul George. No es fácil desbancar a los Warriors, pero la partida está echada, Abrines tendrá protagonismo en la segunda unidad, no ha entrado en ninguna quiniela de traspaso a pesar de todos los movimientos.

Pau Gasol volverá a tener protagonismo en San Antonio Spurs, que ha mantenido la base Leonard-Aldridge (renovado) y el propio Pau, más un Rudy Gay que hay que ver cómo encaja. Marc Gasol se ha quedado al mando de unos Memphis Grizzlies que pueden cruzar travesía del desierto sin Randolph o Carter, lo único bueno que mantiene Marc es un gran contrato y será aún más líder del equipo. Habrá que ver si hay movimiento.

Willy Hernangómez seguirá creciendo en los Knicks junto a Porzingis, Juancho es unos revitalizados Denver Nuggets no puede sino confirmar el gran crecimiento de su primer año, Ricky Rubio aterriza en Utah, quizá no era el lugar que hubiera elegido para aspirar algo, pero el cambio le vendrá bien, Ibaka es parte fundamental de los Toronto Raptors, tercer equipo del Este y donde tiene un gran contrato y finalmente Mirotic ha conseguido otro buen contrato en unos Bulls en plena transición donde la cosa pinta francamente mal.

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