Querido San Isidro.

Aprovechando que eres el patrón de los labradores y que el martes se celebra tu fiesta, me gustaría pedirte que eches una mano y extiendas tu capote en lo de siempre, es decir, en que el tiempo acompañe para que las cosechas sean fructíferas en los próximos doce meses, y en que los precios también acompañen. Ya sé que es difícil que concurran las dos circunstancias, buenas cosechas y buenos precios, pero, por pedirlo, que no quede.

Dicho lo anterior, en esta ocasión tengo que hacerte otra petición, porque el año que transcurrirá hasta que celebremos tu fiesta en 2019 va a ser clave para los intereses de los agricultores y ganaderos y para el futuro de la PAC.

Durante estos doce meses se debería llegar a sendos acuerdos políticos en la UE sobre el Marco Financiero para el periodo 2021-27 y sobre la PAC del futuro. Es decir, sobre el dinero con el que contará esta política y sobre el reparto del mismo. Y el calendario se presenta muy complicado, por no decir endiablado, debido a una cita clave. Dentro de un año y unos días habrá elecciones al Parlamento Europeo y la última sesión plenaria del actual tendrá lugar a mediados de abril de 2019. Y es importante tener en cuenta este hecho, porque los eurodiputados tienen poder de codecisión con los ministros en lo del dinero y la PAC del futuro.

Por un lado, es necesario ir rápido para conseguir ese acuerdo político antes de que acabe esta legislatura, es decir, antes de abril de 2019. De lo contrario, el asunto podría dilatarse en el tiempo y dependería de la composición del nuevo Parlamento Europeo y ahí podría arder Troya. Pero, por otro lado, quizás las prisas no sean buenas consejeras. Total, que si los negociadores corren para cerrar ese acuerdo político a cualquier precio, malo, pero si no corren puede ser peor. ¡Menudo dilema, San Isidro! A ver qué se te ocurre para resolverlo.