No son muchas ni muy destacadas las declaraciones que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho desde que abandonara su cargo. Por eso tiene especial repercusión su intervención en un simposio sobre la paz y las religiones en la Universidad Nebrija. Zapatero ha pedido una alianza permanente de las confesiones religiosas, vinculada a la ONU y a la Alianza de civilizaciones, y destinada a crear una autoridad religiosa mundial a partir de dos principios: el respeto al pluralismo religioso y a la libertad y la paz, y la condena de toda violencia.Rodríguez Zapatero se caracterizó durante su Presidencia por una manifiesta incomprensión de la naturaleza del hecho religioso y de sus consecuencias sociales y políticas, particularmente en lo referido en España a la Iglesia católica y su papel en la sociedad. Más allá de su costumbre de presentarse ante la opinión pública con bonitas frases hechas, quien fuera uno de los mentores de la Alianza de Civilizaciones ha guardado un silencio sospechoso ante dictadores y fundamentalistas. La recuperación pública de la imagen de Zapatero como un estadista con autoridad intelectual y moral capaz de proponer un gobierno irenista mundial, no es más que una pose. El hecho religioso y su papel en las relaciones internacionales deben ser abordados con más rigor y seriedad, empezando por reconocer la libertad religiosa como factor decisivo para la convivencia