Paco Ureña fue el hombre de la tarde de hoy en Valencia. Valiente y dispuesto en todo momento, no perdonó ni un quite, y cuajó además la faena de más entidad de la tarde, al tercero, el toro menos malo de un deslucido encierro de Lagunajanda. Toreo pausado y de regusto que pudo haberle supuesto una oreja sin el presidente llega a atender la petición que tuvo.En el sexto, en cambio, no pudo ser. El toro, remiso, prendió al murciano en unos segundos de verdadera angustia. Se atascó con la espada y aquello terminó de diluirse por completo.Alberto Aguilar, que reaparecía tras cuatro meses inactivo, se las vio con dos toros imposibles para hacer el toreo. El primero fue un marrajo que se colaba por los dos pitones, con el que tuvo que abreviar, y el cuarto, agarrado al piso y de embestidas muy cortas, no le permitió más que un par de apuntes aislados.David Mora sorteó el otro toro peligroso de la corrida, el segundo, con el que estuvo valiente pero sin poder resolver. Mejor anduvo en el quinto, con el que hizo un esfuerzo recompensado con una calurosa ovación. FICHA DEL FESTEJO Valencia, sábado 10 de mayo de 2014. Festejo de la Virgen de los Desamparados. Media plaza. Toros de Lagunajanada, cinqueños, serios y ofensivos por delante, sin embargo, de escaso juego por lo parados que fueron. Primero y segundo desarrollaron peligro. Alberto Aguilar, silencio y silencio tras aviso. David Mora, silencio y ovación tras aviso. Paco Ureña, vuelta tras petición y silencio tras aviso.