El Presidente de Ucrania no está dispuesto a prorrogar el plazo del alto el fuego que expiró en la madrugada del martes. Pese a las pretensiones rusas, Pietro Poroshenko confirmó que Ucrania estaba dispuesta a atacar, aunque no por eso renunciaba al plan de paz acordado. Ucrania quiere que las partes se comprometan a cumplir las condiciones establecidas, que se libere a los prisioneros y que las fronteras sean supervisadas por la OSCE. De ser así el Presidente estaría dispuesto a un nuevo alto el fuego. Se trata de presionar a Rusia y demostrar la determinación del gobierno de Ucrania. Y por el momento parece que a Poroshenko la estrategia le está saliendo bien. Rusia está dispuesta a reconocer la supervisión de las fronteras y el despliegue militar. Poco a poco parece posible que este conflicto vaya resolviéndose. No será fácil ni rápido, pero está claro que la elección de Poroshenko está dando buenos frutos. Muestra de ello es la firma del acuerdo comercial con la UE cuyas consecuencias no son solo económicas, sino también políticas. Rusia comprueba que su pretensión imperial encuentra un dique sólido: la UE ha anunciado nuevas sanciones y Poroshenko se muestra  fuerte para conseguir que su autoridad legitimada por las urnas se extienda a todas las regiones del país. La estabilidad está aún lejos, pero Ucrania parece haber encontrado un camino dentro de Europa.