La decisión del Tribunal Supremo sobre cómo aplicar el fallo de Estrasburgo sobre la doctrina Parot ha creado más confusión de la que ya teníamos. El propio Tribunal le reclama al legislador que aclare cómo deben aplicarse las sentencias del Tribunal de Derechos Humanos sin hacerlo él. El Supremo deja en manos de la Audiencia Nacional y de las Audiencias Provinciales qué criterios utilizar para las excarcelaciones.No es bueno que en un asunto como este, tan delicado,  haya disparidad. Lo único que dice el Tribunal es que se excarcele a aquellos etarras a los que se les aplicó el  cómputo de penas de la doctrina Parot, acuñada en 2006,  con carácter retroactivo. Pero el Supremo no fija una posición en  la complicada casuística del asunto. No es lo mismo, por ejemplo, el supuesto de la etarra Inés del Río, a la que se le había fijado fecha de excarcelación, que Parot, al que no se le había fijado.Los votos particulares de cinco magistrados pidiendo que se anule la doctrina Parot aún en los casos en los que no hay retroactividad refleja hasta qué punto hay jueces empeñados en ir más allá de lo que ha dicho Estrasburgo.