Sin embargo la muerte de su madre y de su esposo, le toca el corazón, empezando a plantearse un acercamiento a Dios. No obstante su tibieza aún le acompaña, y tendrá que servirse la Providencia de San Francisco de Asís quien, desde su forma de vida y desprendimiento, contagia a Ángela que –entonces sí-opta por abrazar a Cristo de forma plena. Entendiendo como camino de perfección la generosidad, vende todo cuanto tiene para tener un tesoro en el Cielo. Así profundiza en el Amor de Dios que le hace sentir un dolor de corazón, expiando sus antiguos pecados con grandes penitencias. Esta es la tónica que le acompaña hasta el final de su vida. Muere en 1309. Iconografía: Se le representa con un manto azul y un ramo d eflores signo de su conversión a Dios. Otros Santos: Celso, Aquilino y Marciano.