Al morir su madre, Willibrordo opta por la vida monástica, mientras su padre vive en la más absoluta soledad. Diversos son los monasterios por los que pasa en busca de una mejor evangelización de las gentes. Empeñado en predicar el Evangelio en Frisia, marcha con doce monjes a anunciar la Buena Nueva, en un ambiente nada halagüeño. Las circunstancias planteadas son de una zona salida de un conflicto reciente. Pero la paciencia y el tesón de Willibrordo, dará los frutos esperados. Así surgen las primeras comunidades de cristianos. El Papa Sergio I le consagra Obispo y él levanta la Basílica de El Salvador en Utrecht, al tiempo que también abre nuevos monasterios. Este hombre, gran misionero e impulsor de la Fe muere en santidad el 7 de noviembre del año 739. Iconografía: Se le representa con la vestimenta episcopal. Otros Santos: Pedro, Lázaro y Antonio.