Secundando esta llamada, encaminó su ministerio de forma especial a los niños, con una atención particular en las catequesis destinadas a ellos. También destacó su gran capacidad de predicador y transmisor del Evangelio a través de sus homilías. El año 1574, marcaría un hito en su trayectoria, ya que funda la Orden de los Clérigos Regulares de la Madre de Dios, que le aportó no pocas incomprensiones y dificultades. Pero su deseo de extender a Cristo era más fuerte que todas estas dificultades, por lo que logró que se juntasen un grupo de presbítero dispuestos a propagar la Fe. Precisamente, esta iniciativa fue asumida por la Santa Sede, transformándose en la Congregación “Propaganda Fide”. Cuando muere en Roma el año 1609, deja tras de sí la restauración de la disciplina en varias Congregaciones. Iconografía: Se le representa con el hábito de la congregasción que funda, color oscuro y en un gesto de oración. Otros Santos: Dionisio, Luis Beltrán y Atanasia.