Sintiendo deseos de servir a la causa del reino intentó entrar en los Dominicos e ir a las misiones. Sin embargo el Arzobispo Alonso Manrique, le pidió que trabajase en Sevilla, y Écija fue uno de sus principales campos de apostolado. La instrucción a los niños con el catecismo y la predicación, fueron las constantes en su tarea. Pero junto a esto, hubo de soportar muchas calumnias y persecuciones que afrontó con gran serenidad, confortado por el Cielo. Los sacerdotes y su cuidado es otro de los puntos fundamentales que lleva con mucho esmero. Al grupo de presbíteros a los que dirige, les exhorta a frecuentar los Sacramentos como forma de santificación. Y lo que iba a ser una vocación misionera, le consagró como Apóstol de toda la región andaluza. Todo su celo por el Evangelio, queda plasmado en sus escritos y meditaciones. Morirá el año 1569, siendo canonizado por Pablo VI en 1970. Iconografía: Se le representa con la túnica talar negra y el Cruifijo en las manos. Otros Santos: Damián de Molokai, Job y Silvio.