Celebramos hoy, con doble gozo, la festividad de San José patrono de la Iglesia universal, día que el Papa Francisco ha elegido para dar comienzo oficialmente a su pontificado. La misión del Papa puede resumirse en servir a la Iglesia, el mismo papel que San José desempeñó como fiel cuidador de la primera iglesia doméstica integrada por la Sagrada Familia. Desde entonces el gran patriarca vela por la Iglesia fundada por Jesús aunque no fue hasta 1870 cuando el Papa Pío IX lo proclamó su patrono en momentos especialmente difíciles para la cristiandad. Resulta especialmente simbólico que este nuevo Papa, que está asombrando al mundo por su sencillez evangélica, asuma su misión evangelizadora en un día que conmemora a San José, el siervo bueno y fiel que el Señor puso al frente de su casa.  La palabra más recurrente de esta jornada es la fidelidad. La Conferencia Episcopal Española ha publicado una reflexión sobre los seminarios y las vocaciones sacerdotales con el lema “Sé de quien me he fiado”. En ella reiteran la misma pregunta que condujo a Benedicto XVI a proclamar el Año de la Fe: “¿Tenemos realmente fe los cristianos?” Muchas veces damos por descontada la fe, pero por desgracia eso es cada vez menos realista. La vida del cristiano consiste precisamente en la fe, que permite la plenitud de la existencia en cualquier edad y circunstancia, entregados a nuestro quehacer diario. Y justo eso es lo que nos muestra, con su sencillez innovadora, el Papa Francisco en el comienzo de su pontificado, al que asistiremos en directo dentro de pocas horas.