Entre las iniciativas pastorales que pone en marcha, están la expansión y consolidación de la Fe, así como la reforma litúrgica para una mayor vivencia del Misterio Salvífico dentro del pueblo cristiano. Su espíritu, profundamente caritativo, se muestra en la ayuda a los más necesitados, siguiendo los consejos de Cristo en el Evangelio. Entre sus frutos evangelizadores y pastorales se encuentra la conversión de Inglaterra. También logra poner de relieve la importancia de la figura del monje y su vocación. Muere el año 640, cobrando especial relevancia los escritos morales y teológicos que dejó a la Iglesia Universal. Todo ello le valió el sobrenombre de Magno. De su tarea de consolador y maestro de espiritualidad hallamos una excelente ilustración en las Homilías sobre el Evangelio o sobre Ezequiel, pronunciadas en Roma en 590-593, cuando todo parecía derrumbarse. En Moralia llevó a cabo una exégesis del libro bíblico de Job. Presenta a Job como figura del Redentor; en su mujer ve simbolizada la vida carnal, y en sus amigos, a los herejes, orientando siempre la interpretación hacia las lecciones morales y teológicas. Es un gran impulsor del cántico en la liturgia. Iconografía: San Gregorio es representado con la tiara papal y un libro sagrado en la mano, símbolo de su contribución en bien de la difusión de la cultura en la Iglesia. Otros Santos del día: Sandalio, Basilisa y Marino.