De su matrimonio nacería una hija, Susana, que también alcanzaría la corona de la santidad. Cuando enviuda, descubre que el Señor le llama a servirle desde una nueva vocación en el camino de la perfección, a semejanza de los Apóstoles, a orillas del lago: el sacerdocio. Su total entrega al servicio del Reino le hace ser un gran difusor de la Fe. Por este motivo, al morir el Papa Eutiquio, sube su propio hermano Cayo al Papado, y este cuenta con él para ayudarle en el gobierno de la Nave de Pedro. La persecución se recrudece y golpea duramente a las comunidades cristianas. Gabino, siente cercanía hacia los hermanos perseguidos y lucha por confortar y esconder a los cristianos que sufren. Allí se oculta con ellos, celebrando la Fracción del pan, como remedio espiritual y fortaleza para todos ellos. Incluso la tarea del apostolado se intensifica hasta el punto de tener que pasar muchas noches durmiendo entre las rocas. Detenido al ser descubierto, muere mártir por Cristo. Iconografía: Se le representa en el momento de ser decapitado y en actitud orante. Otros Santos: Auxibio, Agatón (Papa) y Conrado.