Cuando es elegido Pontífice, pide que su toma de posesión sea en un Convento. Su Pontificado no estuvo exento de dificultades puesto que el enfrentamiento con el senado Romano que ya había iniciado su antecesor, le hace marchar exiliado a Viterbo. Allí lograr un frágil acuerdo con el Emperador, pero no servirá de mucho ya que nuevos enfrentamiento le llevan a exiliarse fuera de Italia, encontrando la acogida en parís. Allí, auspiciado por su maestro Bernardo de Claraval, reformador cisterciense, organiza la Segunda Cruzada. Varias serán las dificultades que le sigan acompañando en su vuelta a Roma, con diversos destierros. Así se muestra la fuerza de la Cruz en su trayectoria. Muere en el año 1153. Iconografía: Se le representa con el báculo y la mitra papal. Otros Santos: Edgard, Benedicta y Alicio.