Pero su itinerario no queda ahí porque también recorre los principales Lugares Santos donde tuvo lugar la Vida de Cristo. Con el paso del tiempo descubrió cómo de hombre rico y de familia opulenta, había pasado a ser un mendigo imbuido en la más absoluta pobreza, al estilo de los demás necesitados. Sin embargo, esta situación no le asusta, ya que pide limosna, siempre desde una aptitud de aceptación y conformidad con la voluntad de Dios que así lo ha dispuesto para su santificación, algo por lo que da gracias desde la oración de cada día en la Basílica de Santo Tomás. Entretanto, su padre preocupado por recuperar a su hijo, envía legados, hasta que le encuentra y el hacer retornar a casa. Como no puede marchar, se aposenta en un hueco del pasillo donde buscará un estilo de vida austera. La penitencia y el ayuno conforman el estilo de vida, en el que no faltaron las burlas de la servidumbre, aunque el objetivo de Alejo era ser ignorado por todos. Iconografía: Se le representa orante debajo de la barandilla de una escalera en alusión a la tradición que dice que se pasó la vida pidiendo y viviendo en un lugar tan humilde como ese. Otros Santos: Jacinto, Carlota y Marcelina