Los tres toreros actuantes este domingo en el décimo festejo de la Feria de San Isidro se lamentaban al término del mismo del complicado juego del ganado, como gran culpable de que la tarde transcurriera por los derroteros de la angustia y el miedo."Cuando es imposible mostrar tu concepto en una tarde tan importante es para irse, cuanto menos fastidiado, y eso que las sensaciones con las que me voy no son malas, pues creo que he aportado una dimensión de entrega total ante dos toros que no me han acompañado nada", señaló a Efe el director de lidia, "Paulita".Muy parejo en sus declaraciones fue el burgalés Morenito de Aranda, quien consideró la corrida como "difícil de verdad"."Al menos he dejado mi sello con el capote en mi primero, pero luego he tenido que inventarme una faena porque era imposible 'meterle mano'; y el otro ha sido muy manso, siempre aquerenciado y remiso. Espero volver pronto y tener otra oportunidad", confesó.El más joven de la terna, el colombiano Sebastián Ritter, también salía de la plaza tan contrariado como resignado: "Tenía una sola tarde en Madrid y esto es lo que me ha tocado. Esperemos volver en el futuro y demostrar el valor que llevo dentro".