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Rescate de montaña de la Guardia Civil, una vocación dentro de la vocación

Unos 200 agentes de la Guardia civil en toda España están  encargados de velar por los imprevistos que la combinación montaña y meteorología convierte en verdadero peligro, a veces de muerte.

Laura Otón junto a los agentes del SEREIM en la Bola del Mundo en Madrid

Laura Otón junto a los agentes del SEREIM en la Bola del Mundo en Madrid

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Tiempo de lectura: 4'Actualizado 27 abr 2017

Subir a la montaña se ha convertido en una forma de vida para muchos que lo hacen habitualmente de forma profesional, o una válvula de escape para aficionados que quieren romper con su rutina diaria o marcarse un reto deportivo personal. No siempre el final es el que esperamos. Ellos velan por un final feliz, en la medida de lo posible. El teniente Hipólito Gomez Becerra al mando de la SEREIM (Sección de Rescate e Intervención en Montaña) de Navacerrada junto a sus 45 agentes especialistas de montaña se encargan de intervenir en esta zona de Madrid, en la de Barco de Avila, Arenas de San Pedro y Ezcaray. Sus años de experiencia y las fichas de incidencias que elaboran en cada rescate,  demuestran que “el 90% de los accidentes se deben a un error humano, y de ellas más del 40% a la sobre estimación de las propias posibilidades, es decir, que piensas que puedes llegar allí arriba cuando nunca lo has hecho”. Y la realidad es que no llegas. Según estas estadísticas que manejan, el perfil del accidentado es un hombre de entre 25 y 40 años, de procedencia urbana. “Cada vez hay más mujeres en la montaña, pero todavía siguen siendo una minoría”.Ahora que comienza el mal tiempo se multiplican los accidentes en montaña aunque la “temporada alta” incluye también los días de primavera y verano, y sobretodo los fines de semana en cualquier época.  Hay unos consejos imprescindibles que nos recomiendan para evitar tragedias que se siguen repitiendo año tras año: “Hay que planificar la actividad: distancia, desnivel, cuantas horas de sol hay… y por supuesto, consultar la previsión meteorológica”. Es muy importante recuerda el teniente, llevar líquido, alimento calórico en barritas o geles, y por supuesto ropa de montaña adecuada, ropa de reserva, calzado adecuado, y material técnico. Una lógica aplastante que no se cumple siempre como nos cuenta uno de los agentes de esta unidad, “nos encontramos fines de semana todavía padres de familia que van a hacer una ruta con los niños que van calzados con deportivas, sin gorros o sin agua”.  A veces ocurre lo contrario, gente que se equipa sobremanera pero no sabe utilizar el material, recomiendan que si te compras unos camprones que los pruebes y que sepas como funciona un GPS que ahora llevan la mayoría de los smartphones. Los accidentes que ocurren en montaña los protagonizan también expertos montañeros o esquiadores, lo seas o no estos agentes hartos de bregar con las cumbres recomiendan que no te olvides del ARVA, “permite que localicemos a una persona que ha sufrido una avalancha de nieve rápidamente, podemos localizar su señal y con las sondas pinchamos hasta encontrar bajo la nieve y empezamos con la pala a buscarle para salvarle la vida”. Un ARVA es un dispositivo que emite una señal que sobrepasa la capa de nieve que queda por encima del accidentado. Se lleva con unas correas enganchado en el cuerpo o en la propia chaqueta técnica y normalmente protegido.  Nos dicen que hay que comprobar las pilas cada vez que se sale. Cuesta unos 200 euros. Los nuevos son de tres antenas, mucho más potentes que los antiguos. Aunque parece que los aludes son sólo propios de Pirineos en el Sistema Central  suelen ser habituales cuando se ha acumulado una gran cantidad de nieve, es muy recomendable para los esquiadores que practican los “fuera de pistas”. Y ¿qué hacemos si necesitamos ayuda?. Estos dos agentes expertos nos recomiendan que una vez avisados al 112  y habiendo establecido el punto donde nos pueden encontrar no hay que moverse del sitio, no hay que avanzar porque “en cuestión  de minutos con una niebla muy cerrada podemos pensar que no avanzamos y sin embargo nos hemos desplazado 30 ó 40 metros. Hay que moverse en el sitio para no perder el calor corporal”.Lo más complicado en rescateCuando le preguntas a estos hombres que viven la montaña y la Guardia Civil como una vocación dentro de una vocación, cuál es el rescate más complicado al que se han enfrentado, se quedan pensando con la mirada perdida en busca del recuerdo. Está la parte humana y la de la propia responsabilidad. La parte humana es la joven de 16 años que queda parapléjica por jugar con los plásticos en la nieve en un estúpido accidente. “Era joven y preciosa y cuando la estas  preparando para trasladar sabes que lo más probable es que no va a poder volver a andar”. Pero todos coinciden en que lo más complicado, lo que les consigue poner al límite es una operación en una cueva. “Estamos trabajando en el subsuelo , y sacar a una persona herida o a un cadáver conlleva muchas dificultades, hay que trabajar con cuerdas, hay que hacer a veces micro voladuras para subir y bajar material o la propia camilla. Hay muchas cavidades en Guadalajara y Cuenca, estás a 500 metros de nivel negativo bajo tierra  y hay que estabilizar la hemorragia o la rotura y tratarle adecuadamente. Nosotros hemos tenido operaciones que nos han llevado 27 horas”. Todos coinciden en que se trabaja en condiciones muy duras, casi extremas es mucho peor que un rescate en superficie por mucha niebla o ventisca que haya.  “Hay que montar un equipo en boca de pozo, las comunicaciones no son iguales en el exterior, un rescate en Peñalara con 2 ó 3 personas necesitas el doble de gente allí abajo”. Es muy complicado,  el teniente recuerda que en un rescate perdió a un espeleólogo experto que les ayudaba. Los accidentes han repuntado un 12% el último año, y donde más han aumentado, en Gredos y en el Sistema central. Unas 200 operaciones son las que se realizan cada año y en 2014 solo en Navacerrada ha habido cinco fallecidos. Como se activa un dispositivo de rescate Normalmente la llamada la recibe el 112 quienes establecen el mecanismo de auxilio. Hay un acuerdo marco de rescate de montaña. El GERA (Grupo especial de rescate de altura, Bomberos de la comunidad de Madrid) lo realizan inicialmente ellos, “pero cuando no es en la Comunidad de Madrid intervenimos nosotros, hay rescates que se hacen conjuntamente. Otras veces aunque tiene competencia como nosotros somos autoridad judicial, si hay un cadaver o se han producido negligencias lo asumimos nosotros”. Mientra no hay intervenciones, estos hombres permanece en una permanente preparación para afrontar una situación de rescate. Realizan entrenamientos de escalada de montaña, escalada clásica, ríos barrancos. “Dentro de la unidad-dice el teneinte-los muevo por toda la geografía que abarcamos para que conozcan todo el terreno en el que tienen que trabajar para garntizar el éxito de sus intervenciones”. A través de marchas acaban de marcar los Waypoints para tener localizados los puntos de interés para localizarlos en un GPS: collados, cimas, refugios...Ninguno trabaja con la sensación de que se está jugando la vida, al revés sólo se quedan con los ojos de agradecimiento del que ayudan, del trabajo bien hecho. Aquí todos tienen claro que quieren jubilarse en la montaña si sus cuerpos entrenados como atletas profesionales se lo permiten. Rescate de montaña de la Guardia Civil, una vocación dentro de la vocación

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