La reforma de la Administración local es una asignatura aún pendiente en el activo proceso de reformas en el que estamos inmersos. Aunque el coste político sea alto y las exigencias de la Federación Española de Municipios estén ralentizando la decisión, urge que se tomen algunas decisiones sobre la configuración de un nuevo modelo de administración local, que incluya la reducción del número de ayuntamientos, de mancomunidades, el recorte del número de concejales y criterios de proporcionalidad en los sueldos de los responsables de estos entes. Esta es una materia que necesita de un acuerdo de Estado en el que los partidos mayoritarios tengan altura de miras y un horizonte de generosidad, no solo por el hecho de lo que supondrá para la reducción del déficit público sino para incrementar la eficacia en la gestión de los asuntos ciudadanos. El necesario acuerdo entre el PP y el PSOE puede ser el inicio de nuevo escenario político. Un escenario que contribuya a mejorar la confianza y acelerar la recuperación tanto económica como social. El acuerdo sobre la Ley de Transparencia debería ser un elemento más dentro de ese deseable nuevo escenario que aún está por concretarse.