Este domingo se ha consumado el referéndum-pantomima celebrado para intentar dar alguna cobertura legal a la anexión de la península de Crimea a Rusia. Como puso de manifiesto el debate en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el pasado sábado, el referéndum no respeta a la legalidad. Si el Consejo de Seguridad no lo ha descalificado ha sido por el veto ruso. La consulta se ha producido cuando, de hecho, ya se había producido la anexión, como certificaban los 20.000 soldados rusos presentes en el territorio.El resultado hecho público en las últimas horas no es creíble porque la anexión no puede haber obtenido más de un 96 por ciento de respaldo cuando el 13 por ciento de la población es tártara y el 24 por ciento ucraniana.Este golpe de Rusia supone un importante reto para la Comunidad Internacional. Las sanciones que aprueba hoy Bruselas, y las que pueda adoptar Estados Unidos, serán insuficientes para revertir la situación en Crimea. Pero hay que preservar la paz en Ucrania ayudando a construir un Estado viable en el que estén representadas todas las minorías. Y hay que poner fin al nacionalismo expansivo ruso. Rusia ha vuelto a pasear su imperialismo vulnerando la ley.