El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido, ante los pasos que se están dando para la independencia de Escocia, de las "aventuras en solitario de futuro muy incierto en las que el punto de partida a lo mejor puede parecer claro, pero el punto de llegada es desconocido". Rajoy ha sido preguntado por este asunto en la conferencia de prensa que ha ofrecido en el Palacio de la Moncloa junto al presidente francés, François Hollande, quien, al plantearle si vetaría una hipotética entrada de Cataluña en la UE ha reiterado que se trata de un asunto interno de España que es "competencia de su soberanía exclusivamente" y ante el que no tiene nada que comentar. El jefe del Ejecutivo no se ha referido explícitamente en ningún momento a Cataluña, aunque ha hecho numerosas referencias a los procesos independentistas en general en toda la Unión Europea. Ha aludido a la presentación del Libro Blanco sobre la independencia de Escocia presentado ayer por el ministro principal escocés, Alex Salmond, y ha dicho que desconoce su contenido. No obstante, ha señalado que le gustaría que las consecuencias de la secesión se presentase con realismo a los escoceses, porque los ciudadanos tienen derecho a estar muy bien informados ante este tipo de cuestiones. Tras expresar su respeto a todas las decisiones que adopten los británicos, ha insistido que en relación a este asunto o cualquier otro similar tiene "muy claro" que una región que obtuviera la independencia de un Estado miembro de la UE quedaría fuera de la Unión. "Eso es bueno que lo sepan los escoceses y el resto de ciudadanos europeos", ha subrayado Rajoy, quien ha recordado que, ayer mismo, el portavoz comunitario de la UE recalcó que los tratados de la UE se aplican única y exclusivamente a los estados miembros que los han acordado y ratificado. Por tanto, si una parte del territorio de un estado miembro se escinde, este nuevo estado independiente se convertiría en un tercer país con respecto a la UE y no se le aplicarían los tratados. Algo que ha dicho que tiene muchas consecuencias, tanto económicas, como de moneda, de mercado, de inmigración y de fronteras. Rajoy ha añadido que recuperar la pertenencia o la adhesión a la UE no es sencillo, porque ha de solicitar la entrada y esta debe ser aceptada por unanimidad de los socios comunitarios. "Esta es la ley, y la ley entre países europeos se aplica", ha insistido el presidente del Gobierno. El jefe del Ejecutivo ha querido subrayar que los tiempos actuales demandan países fuertes y la unidad no es contraria a la autonomía, sino garantía de fortaleza en un mundo cada vez más complejo y globalizado. "En nada favorece a nuestras regiones y ciudadanos europeos plantear divisiones ni aventuras en solitario de futuro muy incierto en las que el punto de partida a lo mejor puede parecer claro, pero el punto de llegada es desconocido", ha explicado Rajoy. Por ello ha insistido en que la ley se va a cumplir porque, si no, la UE no podría aspirar a lo que quiere ser, un espacio de Estado de Derecho, con democracia, con tradición, progreso y que quiere ser un actor determinante en un mundo global. Rajoy ha subrayado que el camino de Europa es superar barreras y fronteras y no hay que resignarse ante ellas y, menos, erigirlas.