Las manifestaciones pro-rusas y los asaltos a las sedes estatales en el Este de Ucrania se vienen repitiendo desde los sucesos del pasado mes de febrero en Kiev. Por eso las autoridades ucranianas empiezan a temer que el escenario de Crimea se pueda repetir.Lo que está pasando ahora mismo en Donetsk, la segunda capital del país, añade aún mayor preocupación. Tras anunciar la creación de la llamada “República Popular de Donetsk” los manifestantes han solicitado ayuda a Moscú para resistir ante la junta de Kiev. No es ni mucho menos una anécdota o una declaración simbólica, porque los pro-rusos, que aunque no son mayoría en Donetsk están muy presentes en toda la zona oriental del país, ya controlan en ese territorio cinco sedes administrativas del Estado.Como han dicho las autoridades ucranianas, hay sospechas razonables de que el guión se está escribiendo fuera de Ucrania, en clara alusión a Putin. Por si a la comunidad internacional, después de la anexión de Crimea, le quedaba alguna duda debe tomar buena nota de los hechos y actuar en consecuencia. El fantasma de la Guerra Fría y el espectro del nacionalismo imperialista vuelven a rondar. Es un error creer que la paz y la democracia están garantizadas en Europa. Por eso, y como de nada sirve lamentarse, todos debemos implicarnos en una mayor y mejor construcción de Europa. En Ucrania pueden estarse jugando más cosas de las que muchos querrían reconocer en las cancillerías europeas.