Las monedas de uno y dos céntimos “seguirán existiendo” en transacciones electrónicas, pero no circularían físicamente, lo que obligaría a establecer unas reglas de redondeo”, ha explicado Rubén Sánchez, portavoz de Facua en referncia a la posible posible desaparición de las monedas de uno y dos céntimos de euro que ha planteado Bruselas.
Un redondeo que sería a la baja cuando el precio no alcanzara más de cuatro céntimos y al alza cuando superara los cinco. “Otra cosa es si hace falta eliminarlas, si realmente es tan caro producirlas, si no se pueden sustituir por otras materiales mas económicos o si va ser perjudicial para el consumidor”.
“Cuando compremos un producto en unidades que acaben en 99 "perderíamos los consumidores", advierte
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