Los rebeldes de la coalición Séléka han tomado el control total de Bangui, de donde ha huido el presidente de la República Centroafricana, François Bozizé, y donde se han registrado actos de pillaje. "Estamos recorriendo la ciudad para asegurar la protección de la gente y los bienes", indicó hoy el portavoz miliar de la Séléka, Djouma Narkoyo. Sin embargo, algunos habitantes de la capital centroafricana han denunciado actos de pillaje. "Los rebeldes han saqueado la sede del KNK, el partido del presidente, en el cuarto distrito. También han saqueado viviendas de gente cercana a Bozizé", aseguró Brian Mogani, residente de la zona norte de Bangui. "Estamos desplegándonos para frenar los actos de pillaje. Estos actos los cometen algunos de nuestros hombres, pero también los civiles", explicó, por su parte, Arda Hakouma, jefe del Estado Mayor de la Séléka. Los residentes de Bangui abren paso a los rebeldes, bien armados, que se desplazan en vehículos dotados de ametralladoras. "Ya no hay conatos de resistencia, pero pedimos a la población que tenga cuidado", agregó Hakouma. Fuentes militares señalaron hoy que Bozizé huyó hacia la vecina República Democrática del Congo tras la toma del palacio presidencial por parte de miembros de la Séléka. Por su parte, Francia ha enviado 350 efectivos para reforzar el contingente de 250 que mantiene acantonado permanentemente en la República Centroafricana , al objeto de garantizar la seguridad de los ciudadanos franceses y de otros extranjeros residentes en ese país, tras la entrada de los rebeldes de Séléka en la capital del país, Bangui, indicaron hoy fuentes oficiales. El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, confirmó el refuerzo del dispositivo militar "con el fin de garantizar la seguridad" de los ciudadanos franceses. El jefe de la diplomacia francesa confirmó en un comunicado la salida de la República Centroafricana del presidente del país, François Bozizé, y pidió prudencia a las diferentes partes del conflicto. Fabius reiteró a los franceses que viven en el país africano, unos 1.500, que deben tener "la mayor prudencia" y les pidió que se queden en sus domicilios. En enero se inició en Gabón un proceso negociador entre el Gobierno y la Séléka, que culminó con la firma de unos acuerdos de paz el día 11 de ese mes y que contemplaban un alto el fuego y una transición de un año con un gobierno de unidad nacional que parece no haber satisfecho las demandas de los rebeldes. Los rebeldes reiniciaron su actividad el pasado miércoles, después de haber dado un ultimátum a Bozizé para cumplir una serie de reivindicaciones que expiró el día 20, y han avanzado rápidamente hasta Bangui. La coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país el pasado mes de diciembre al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007. Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos, y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.