Para conseguirlo, se ha limpiado cada una de las lápidas para eliminar las sales provenientes de la humedad, que son las causantes de la erosión de la piedra. Asimismo, se han colocado de nuevo sobre una cama de arena para aislarles de la temida humedad. Por último, se ha rebajado en unos 20 centímetros la altura total del presbiterio, dejando así al descubierto la base de las columnas. Esta misma rueda de prensa, el obispo de Ávila se ha referido al Cónclave que da comienzo esta tarde, asegurando que todos deseamos que se elija al mejor de los Cardenales que en este momento pueda servir a la Iglesia. Pide también a los abulenses que oren intensa y confiadamente en la providencia divina y en la actuación del Espíritu a través de los criterios y la conciencia de los Cardenales.