Ayer se dio a conocer el dato de deuda pública hasta el mes de junio. Es una referencia que nos parece lejana pero tiene que ver mucho con nuestro bienestar presente y futuro. Más deuda supone una hipoteca para las próximas generaciones y que tenemos menos margen para gastar en las necesidades que vayan surgiendo. Cada español debe más de 20.000 euros. Y eso se paga con impuestos.La deuda durante el segundo trimestre aumentó un 17 por ciento y supone ya casi el 92 por ciento del PIB. Eso significa que debemos todo lo que somos capaces de producir en un año. Hemos superado el objetivo para todo el año.Antes de que estallara la crisis el nivel de deuda de España era bajo en relación a los países de nuestro entorno. Suponía un 36 por ciento y era una de nuestras ventajas competitivas. Desde 2007 la deuda se ha disparado, en gran medida por la nefasta política económica de Zapatero. Pero las reformas de Rajoy de momento no han conseguido corregir la tendencia. A pesar de las subidas de impuestos es posible que este año no se consiga alcanzar el objetivo de déficit. Los recortes que se han llevado a cabo en sectores tan sensibles como la sanidad, no han sido suficientes. Es necesario racionalizar más la Administración. Las cuentas pueden sanearse más con políticas de gasto que de ingresos.