Con mucho frío y lluvia, miles de personas se han echado a la calle este domingo, en la IV Marcha por la Vida, que ha recorrido buena parte de España, impulsada por la plataforma “Derecho a Vivir” y con el respaldo de más de 300 asociaciones nacionales e internacionales. Con el lema “España por el Aborto Cero. Por una vida sin recortes”, se le ha recordado al Gobierno que ya es hora de abandonar las promesas de plazos incumplidas sistemáticamente, los juegos de palabras, las ambigüedades y los cálculos, y de legislar a favor de la vida de todos los seres humanos, también la de aquellos que están en el vientre de su madre. Los españoles, como se ha recordado en el Manifiesto final de la Marcha, vivimos una grave crisis que nos pasará factura durante generaciones. Una crisis de profundas crisis morales, que encuentra su reflejo también en el drama creciente del aborto. El Gobierno tiene aún en su mano cumplir la palabra dada. Puede y debe derogar la actual ley, que en el colmo de la irracionalidad jurídica, contempla el aborto como un derecho. Nada justifica la eliminación de un ser humano inocente. Debemos hablar claro para que el Gobierno entienda que, aún en tiempos de crisis económica, la mejor inversión que puede hacer una sociedad es la de invertir en su bien más preciado, que son sus hijos.