El Papa Francisco ha instado este domingo a la comunidad internacional a no ahorrar ningún esfuerzo para sentar a la mesa a las partes implicadas en el conflicto de Siria, tras la suspensión de las negociaciones de Ginebra el pasado día 3.El Papa ha asegurado que sigue con viva preocupación el destino de las poblaciones civiles involucradas en los violentos combates de la amada tierra de Siria. Es la hora de que, con generosa solidaridad, se preste la ayuda necesaria para asegurar la supervivencia y la dignidad de tantos millones de personas. Como ha dicho el Papa, solo una solución política del conflicto será capaz de garantizar un futuro de reconciliación y de paz a la Siria martirizada, envuelta en una guerra civil. Pero ya se ha demostrado que no sirve cualquier tipo de negociación. La vuelta a la mesa de diálogo debería tener en cuenta lo que ha sucedido hasta ahora para no volver a caer en los mismos errores. Por un lado, es necesario que se aborde justamente la crisis de refugiados provocada, pero no es suficiente porque, como ha señalado también el Papa en otras ocasiones, ¿hasta cuándo acoger refugiados de Siria e Irak? Hay que actuar con urgencia y acierto para frenar el dramático éxodo.La comunidad internacional, incluidos los principales países árabes, que han de tener un papel relevante en la gestión del conflicto, carga sobre sus espaldas la responsabilidad de un futuro mejor para Siria, que pasa por la lucha sin descanso contra el llamado Estado islámico, y por empezar a poner las bases en serio para ayudar a reconstruir el país.