La presentación del Anteproyecto de ley de apoyo a los emprendedores, debería significar algo más que un programa de ayudas a las iniciativas de quienes ponen sus talentos y recursos al servicio de la economía. La nueva ley puede abrir paso a la formación de una cultura empresarial que haga posible el protagonismo de la sociedad civil y que active los mecanismos conducentes a una recuperación construida sobre sólidas bases de economía real con beneficios sociales.Rajoy ha destacado que el noventa y nueve por ciento de la empresas tienen menos de doscientos cincuenta trabajadores y que el tejido empresarial español se basa en las PYMES y en el trabajo de los autónomos, los grandes olvidados de la economía política y fiscal. Los cuatro pilares sobre los que se apoya el Plan de emprendedores, financiación, mejora del marco institucional, fiscalidad e internacionalización de las empresas, van a permitir que la economía española sea más competitiva tanto en el mercado interno como en el exterior. El nuevo proyecto responde a una tendencia de la política social de los Estados democráticos, pero además sale al encuentro de una de las demandas más acariciadas por quienes arriesgan sus recursos intelectuales y materiales al servicio de la rentabilidad y del bien social.