Los arrestados habían instalado puertas blindadas reforzadas con rejas externas y barras de hierro interiores para intentar impedir y retrasar las actuaciones policiales en caso de que llegaran a producirse y así ganar tiempo para deshacerse la droga   En el marco de la denominada operación “colmena”, los agentes de la Comisaría de Castellón habían investigado a varias familias asentadas en los conocidos como “bloques del cementerio” de Almazora, que al parecer se dedicaban al tráfico de drogas, principalmente de heroína. Tras dos intervenciones policiales anteriores, este punto de venta de estupefacientes se había dado por desmantelado. Sin embargo, en los últimos meses se había detectado un incremento en el consumo de heroína y “coca base”, por lo que los investigadores iniciaron un nuevo operativo para detectar el lugar desde donde se distribuía la droga.   Las pesquisas realizadas llevaron a los investigadores hasta varias viviendas situadas en la misma zona. Los inmuebles habían sido reforzados con puertas con rejas externas, puertas blindadas y barras de hierro interiores para intentar impedir y retrasar las actuaciones policiales en caso de que llegaran a producirse y así ganar tiempo para deshacerse la droga.   Con todos los datos operativos se estableció un operativo que culminó con el registro de tres viviendas en las que los policías intervinieron  40 gramos de heroína, 32 de cocaína y 60 de marihuana, además de 27 papelinas de heroína y 13 de cocaína listas para su venta, así como 1.000 euros en efectivo. Asimismo se intervinieron todo tipo de utillaje para la confección y adulteración de la droga, tales como medicamentos para el corte, tijeras, balanzas de precisión y bolsas plásticas. En la operación se ha intervenido también un vehículo, once teléfonos móviles, tres televisores y diversas herramientas. Todos los detenidos han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.