El Papa Francisco inicia este lunes un viaje a Chile y Perú, bajo el lema "peregrino de la alegría del Evangelio", donde tendrá encuentros con representantes indígenas de ambos países. El objetivo del Papa es escuchar de cerca a estas poblaciones y sentar las bases del Sínodo de Obispos de la región Panamazónica.

En Chile, país que acaba de vivir un cambio en la presidencia de su Gobierno con la victoria de Sebastián Piñera, Francisco viajará a tres ciudades. En Santiago se reunirá con el ejecutivo chileno, obispos, jóvenes y visitará una cárcel de mujeres. Después acudira a Temuco, donde se encontrará con el pueblo indígena mapuche. Por último, visitará Iquique, una ciudad portuaria al norte del país que ahora vive un conflicto diplomático con Bolivia por la salida al Océano Pacífico.

El jueves el Papa llegará a Lima, y de ahí viajará a Puerto Maldonado, donde se reunirá con pueblos indígenas. En Trujillo, donde acudirá después, Francisco quiere alentar a las víctimas de tragedias medioambientales que ha sufrido el país este año, como el fenómeno de El Niño costero, que provocó un centenar de fallecidos y que 141.000 personas tuvieran que abandonar sus casas. El Papa también quiere mostrar su apoyo a la Iglesia local, en su esfuerzo por paliar la extorsión y trata de personas que se produce en la Amazonia peruana por la explotación ilícita de los recursos naturales.

Ya de regreso a la capital peruana, el Papa dejará un mensaje de unidad a los obispos y rezará a uno de sus santos preferidos, San Martín de Porres. Tampoco faltarán en su discurso alusiones al clima de corrupción que se vive en este país.