El primer acto público del Papa Francisco fue acudir a rezarle a la Virgen a la Basílica de Santa María la Mayor, donde lo esperaba el arcipreste de dicha Basílica, el español Monseñor Santos Abril. Después, antes de dirigirse al Vaticano, hizo una parada. Fue en la pensión romana en la que se había alojado los días previos al Cónclave. Y lo hizo para pagar los días que había estado alojado en ella y recoger algunas pertenencias.Era algo que el todavía cardenal Bergoglio había dejado pendiente. Quizás lo que no tenía previsto era acudir como convertido en Su Santidad Francisco.