Celebrando el año Verdi, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera pone en escena “Las vísperas sicilianas”. Lo hará en la versión original en francés y con cuatro representaciones entre el 16 y el 25 de febrero, en el Palacio Euskalduna. Para ello se ha convocado a un sólido conjunto musical que ponga en pie tan difícil partitura: de las más extensas del autor, de partes vocales muy onerosas y con numerosas escenas de conjunto. En el reparto, destacan las voces del veterano tenor Gregory Kunde –especialista en partes llamadas “de fuerza”-, el joven bajo de prometedora carrera Dimitry Ulianov y la soprano Lianna Haroutounian que sustituye a la inicialmente prevista Tamara Wilson; todos bajo la dirección de un maestro prestigioso pero poco relacionado con Verdi: John Mauceri, destacado, sobre todo, en musicales y repertorio norteamericano.Por otra parte, hay que destacar también el final de gira internacional que el aclamado Cuarteto Prazak realizará el lunes 18 en Valencia, en el Palau de la Música, dentro de la temporada de la Sociedad Filarmónica valenciana. Con la participación de Barbara Giepner, solista de la Filarmónica de Londres que acometerá el vistoso e infrecuente reto de tocar tanto la viola como el piano, el Cuarteto Prázak ofrecerá su máxima especialidad: la música de su compatriota Antonín Dvorák. Del compositor checo tocarán el Cuarteto y el Quinteto que llevan el nombre de “Americano” y, además, el Quinteto con piano Op. 81.Recomendación literaria.“Mitos y susurros: 50 años de lírica en España” es el último libro del periodista y crítico musical Joaquín Martín de Sagarmínaga. Un volumen extenso -453 páginas- y bien editado por la casa andaluza Zumaque que recoge 50 semblanzas de cantantes españoles o relacionado con los principales coliseos líricos de nuestro país que cantaron entre la década de 1880 y, aproximadamente, la época de la Guerra Civil. Grandes mitos del canto como Titta Ruffo, Beniamino Gigli, Mercedes Capsir o Georges Thill, junto a “susurros” hoy olvidados pese al éxito disfrutado en su época: los del el tenor catalán Angelo Angioletti y el donostiarra Jesús Gaviria, la contralto Lidia Ibarrondo o el barítono José Mendioroz. La vida, el periplo artístico y el arte canoro –evocado a través de críticas de la época o de la escucha de antiguas, cuando no antiquísimas, grabaciones- forman cada uno de los cincuenta artículos. En ellos, además de un anecdotario sabroso y lleno de gracia y sorpresas, se nos sirve, en realidad, el retrato de toda una época –la de nuestros bisabuelos- trazado con pluma maestra. Cada capítulo es una estampa biográfica y musical en que, como un restaurador, el autor quita la roña histórica conservando la pátina de cada figura; y todos los capítulos juntos forman algo que realmente merece la pena: un fragmento de auténtica historia de la ópera narrada con un estilo inconfundible. También hay abundante investigación –mitad musicólogo, mitad historiador- detrás, pues si no, una monografía tan extensa no se sostendría, pero está siempre donde debe estar: al fondo, sustentando la narración, que cobra forma merced a un estilo muy personal, lleno proximidad merced a la calidez que otorga hablar de aquello que se ama.Recomendaciones discográficas.-La serie económica Helios del siempre elegante y competente sello británico Hyperion, distribuido en nuestro país por Harmonia Mundi, nos ofrece un par de incorporaciones sumamente atractivas a su ya muy nutrido catálogo. Por un lado, la única grabación que existe de “Briséïs”, fragmento de una ópera inconclusa del romántico francés Emmanuel Chabrier, que realizaron en 1994 el Coro y Orquesta Sinfónicos de la BBC Escocesa bajo la dirección de Jean-Yves Ossonce, con un reparto cuidado en lo vocal y brillante en lo interpretativo, encabezado por la siempre profesional soprano Joan Rodgers y el hoy mundialmente aclamado barítono Simon Keenlyside. Por otro lado, recomendamos un disco dedicado a la música de cámara del compositor checo Josef Suk, más conocido por ser el yerno de Dvorák; el prestigioso Nash Ensemble interpreta cuatro piezas para violín y piano y un Cuarteto y un Quinteto de este músico tan interesante como poco frecuentado. Ambos álbumes ofrecen una presentación esmerada y un sonido realmente magnífico.