De Isabel la Católica se ha dicho que se impuso ante el machismo de su época, que estaba un poco loca, que era culta, sufrida y que incluso olía mal. De todo hay mucho de cierto, parte de mito y otro tanto matizable, pero lo cierto es que esta reina logró tejer todo un imperio que trascendería más allá de lo hasta entonces conocido.

Según parece Isabel I de Castilla tenía una importante aversión al ajo por lo que sus cocineros evitaban este ingrediente a toda costa.

La anécdota de que en 1491 prometió no cambiarse de camisa hasta conquistar Granada le labró una fama de sucia y de oler mal. Para muchos este rumor no es verosímil ya que hay quienes atribuyen la anécdota a otra reina, a su tataranieta Isabel Clara Eugenia de Austria. Además aseguran que llevaba muy mal que, en la locura de su hija Juana, ésta se negara a cambiarse de ropa interior. Sí que es cierto que en sus últimos meses de vida y debido a su enfermedad debía desprender cierto olor.

Una enfermedad que por cierto según los síntomas descritos por las fuentes de la época, podría haberse tratado de un cáncer de útero.

Isabel también tenía fama de muy estricta y poco habladora. Dos rasgos que se reflejaban en una forma de vestir muy sobria y recatada.

Además era una mujer con las ideas claras y de armas tomar. Tomaba una decisión y no había vuelta atrás.

Era muy reina, muy en su papel, decía que un rey no tiene amigos ni familia, sólo súbditos. Su gran sentido de Estado se lo inculcó a sus hijos que a través de matrimonios tejieron toda una política de alianzas.

De ella se dice también que fue muy celosa, dado el carácter galante de su marido Fernando con otras mujeres. Con él se casó por razones de Estado, para unir los reinos de Castilla y Aragón, y no por amor, ya que se conocieron tan solo unos días antes de la boda. Lo cierto es que con el paso del tiempo se enamoró locamente de su marido.

Isabel se casó con Fernando de forma clandestina en el Palacio de los Vivero en Valladolid ya que no contaban con el apoyo del entonces rey Enrique IV -hermano paterno de Isabel-. Fernando llegó a Valladolid en secreto, donde le esperaba Isabel.

Otra curiosidad es que La Isabela o Villa Isabela fue la primera ciudad fundada en el Nuevo Mundo (América) por los españoles, en 1494. Cristóbal Colón eligió el emplazamiento en la costa norte de La Española y le dio este nombre en honor precisamente a la reina. A continuación puedes escuchar  la recreación que el programa 'La Tarde' de COPE realizó el 28 de enero de 2010 sobre el momento histórico en el que se dio nombre a la ciudad.