La Junta Directiva Nacional del PP se ha reunido hoy por primera vez en los dos últimos años, con las elecciones autonómicas y municipales ya en el horizonte inmediato y con la necesidad de afrontar la crisis que, en las últimas semanas, lejos de acallarse se ha abierto más con cruces de declaraciones y comunicados por parte de algunos de sus dirigentes.Tiene razón Rajoy cuando dice que el PP debe tener claros los objetivos y que conviene no distraerse en asuntos de menor cuantía. Eso no significa  que no haya que trabajar mucho, precisamente desde el reconocimiento de lo que no se ha hecho bien. Es precio volver a hacer política allí donde los ciudadanos, especialmente los votantes potenciales, la esperan. El hartazgo de los votantes tiene su fundamento también en el hecho de que los partidos sean incapaces de dejar de mirarse al ombligo y de hablar de sí mismos.Esos objetivos claros que Rajoy reivindica para el partido deben ser una prioridad. Es legítimo ponderar y explicar los logros del Gobierno en materia económica y de creación de empleo. Pero lo es también recordar una vez más a los dirigentes del Partido Popular que no sólo de economía vive el hombre. Y que sus antiguos votantes esperan hechos y palabras en materia de familia, libertad de educación, transparencia contra la corrupción y un proyecto de regeneración institucional y diálogo con la sociedad civil. Aún están a tiempo, si entienden el mensaje.