El Reino Unido ha protestado ante el Gobierno español por un nuevo incidente en aguas de Gibraltar, donde un barco de la Guardia Civil pudo colisionar ligeramente con un buque de la Policía del Peñón, aseguró hoy el secretario de Estado de Exteriores, David Lidington. El secretario británico presentó hoy ante el Parlamento una declaración por escrito sobre este incidente, ocurrido el 30 de octubre.     Según Lidington, un barco de la Guardia Civil se aproximó a gran velocidad hacia el lugar donde se realizaba un traspaso rutinario de  personal entre las embarcaciones de la Royal Navy (Marina) en aguas del Peñón.     Al observar al barco español, las embarcaciones de la Royal Navy y de la Policía de Defensa de Gibraltar cumplieron con los procedimientos para este tipo de incidentes y formaron una barrera protectora, explica el secretario de Estado en su nota.     El barco español hizo "varias maniobras peligrosas cerca de las embarcaciones británicas", lo que provocó una colisión "menor" entre la nave de la Guardia Civil y otra de la Policía de Gibraltar, si bien no hubo heridos ni daños ni disparos, precisa Lidington.     Ante esta situación, el Gobierno del Reino Unido protestó ante el Ministerio español de Asuntos Exteriores el pasado 31 de octubre e hizo saber que las "acciones de la Guardia Civil eran inaceptables y peligrosas, con la posibilidad de causar serios heridos o daños".     Según Lidington, tras evaluar el incidente, Londres presentó también una "protesta formal por escrito" ante el Gobierno de Madrid.     Las relaciones entre España y la colonia británica Gibraltar son tensas desde julio pasado, cuando los gibraltareños lanzaran al mar 70 bloques de hormigón que dificultan las labores de los pescadores españoles en la bahía de Algeciras, lo que provocó que Madrid incrementara los controles para cruzar la frontera del Peñón.     Gibraltar -que quedó en manos británicas tras la firma del Tratado de Utrecht (1713)- afirma que tiene jurisdicción sobre tres millas náuticas alrededor del Peñón, algo que no reconoce España, pues en virtud de ese tratado solo admite la soberanía gibraltareña sobre las aguas del puerto.