En la antesala de la Jornada Mundial de las Misiones, la popular cita anual del DOMUND, las Naciones Unidas celebran hoy el Día Mundial de la Alimentación con la divulgación de unos datos que producen escalofrío. En el mundo hay actualmente 805 millones de personas que pasan hambre, muy lejos de la meta de “hambre cero” que se había propuesto alcanzar el próximo año por lo que reclama más de tres mil millones de euros, al menos para alimentar a los 66 millones de niños africanos y asiáticos que van al colegio sin comer.El Papa Francisco ha dicho que un gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es el de recluirse en la comodidad y avaricia. Y recordaba ayer el economista Manuel Pizarro, durante el pregón del Domund en Madrid, con palabras del próximo beato Papa Pablo VI, que Cristo es el principal factor de progreso, el que ofrece la promoción más alta e integral de la persona humana. La lucha mundial contra el hambre no es solo una cuestión de dinero, sino de caridad y justicia, que son los parámetros por lo que se mueven a los misioneros, entregados a su vocación en permanentes actos de amor desinteresado.Un euro invertido en la prevención del hambre puede generar un beneficio cien veces mayor, pero es mucho más lo que puede revertir en la seguridad mundial si el alimento va acompañado de una educación basada en el reconocimiento de la dignidad de cada persona.