La detención de Miguel Ángel Treviño Morales, líder del cartel mexicano Los Zetas, es el primer gran golpe del presidente Peña Nieto contra el narcotráfico. Treviño Morales acumula un historial delictivo que va desde el crimen organizado y los delitos contra la salud, a delitos de lavado de dinero, tortura y homicidios entre los que se cuentan el asesinato de 265 migrantes en la zona noreste del país.Con esta detención el PRI legitima su política de seguridad al tiempo que se reafirman los lazos entre la administración mexicana y estadounidense después de la reciente visita de Obama a México. Sin embargo una detención como ésta se queda sin efecto si la justicia mexicana no emplea todas la fuerza de la ley para perseguir a las gentes de Treviño, congelar sus cuentas y perseguir a todos los cómplices del narcotráfico sea cual sea su posición social y política. Al mismo tiempo, esta lucha político-judicial se quedará sin efecto si el Gobierno de Peña Nieto y el resto de las fuerzas políticas con representación en los 31 estados de la República no se comprometen activamente en la mejora efectiva de las condiciones de vida de los mexicanos.México es la décimo primera economía del mundo y uno de los países en los que los niveles de desigualdad son más alarmantes. La pobreza no justifica el narcotráfico, pero este arraiga donde crece la exclusión y la marginación. Este es el mayor reto político al que se enfrenta México. De ello depende la pervivencia y efectividad de su democracia.