Madrid, domingo 30 de junio de 2013. Un cuarto de plaza. Novillos de Montealto, bien presentados aunque desiguales de hechuras y juego. Destacó el encastado quinto. Manejables segundo y sexto. Jesús Fernández, silencio en ambos. Mario Alcalde, vuelta con protestas tras peticion y silencio tras aviso. Juan Viriato, silencio y silencio tras aviso.Festejo de escasos argumentos y aburrido el que se vivió este domingo en Las Ventas. Una novillada que vino precedida por segunda semana consecutiva por el cambio de ganadería. Miedo da el tema cuando quedan cuatro más por delante durante el mes de julio que ya tenemos encima. Taurodelta pasa olímpicamente de la temporada veraniega desde hace tiempo. La dio por muerta, ninguno de sus representantes se digna a aparecer por el coso venteño y así es imposible esperar nada positivo. Esta vez fue Montealto el hierro que vino a sustituir al de Martelilla anunciado en un principio. Los pupilos de Agustín Montes tuvieron nobleza aunque algunos mostraron más sosería de la necesaria. Aún así hubo un buen lote, el que cayó en manos de Mario Alcalde. Novillero con oficio y ya cuajado que sin embargo utiliza demasiados vicios y precauciones y no terminó de traspasar la línea que separa lo destacado de lo triunfal.Tuvo alegría y buen son el segundo en la primer parte de la faena de muleta. El conquense dibujó buenos muletazos, especialmente por el pitón derecho. Largura y ligazón aunque se echó en falta algo más de apreturas en los embroques. A izquierda bajó el nivel de una faena al bajar también el pistón el novillo de Montealto. Pinchó antes de la estocada definitiva, y aunque hubo petición de oreja, el presidente Julio Martínez no consideró que fuese mayoritaria, por lo que Mario Alcalde hubo de conformarse con la vuelta al ruedo.Donde no dio la talla Alcalde fue con el melocotón que hizo quinto. Un novillo encastado que apretó en los dos puyazos que tomó y que tuvo un gran pitón izquierdo, lado por el que el de Montealto embistió humillado y con profundidad. Alcalde no aguantó el tirón del novillo, no mandó y no supo ligar más de dos o tres muletazos por tanda. Por el derecho el toro se movió con el freno de mano echado y pese a recurrir al arrimón último, la faena no prendió.  Al final, sumó más la condición del utrero de Montealto que la labor de Mario Alcalde, que tuvo lote propicio para un triunfo más destacado que el balance que se llevó de Las Ventas.El primer novillo de Montealto derribó al picador en su primer encuentro y y volvió a arrancarse con alegría en el siguiente. Pero fue puro espejismo. El novillo tuvo después poca casta y sus embestidas fueron en exceso descompuestas. Jesús Fernández realizó una faena aseada y templada pero que nunca rompió.Tampoco lo hizo la que planteó ante el cuarto. El novillo tuvo cierta bondad pero nula transmisión. Fernández demostró tener buen concepto pero le fue difícil remontar las escasas prestaciones de un novillo que acabó echándose al final de la faena.Arrolló el tercer novillo a Juan Viriato cuando este pretendió saludarlo en los medios con una tafallera.  Con la taleguilla rota prosiguió en resto de la lidia el colombiano. Faena de largo metraje ante un utrero flojo y de escasa raza la que trenzó Viriato, al que se le atisbó un buen sentido del temple.El que cerró plaza fue otro animal manejable al que Viriato toreó con limpieza y buen aire pero sin la rotundidad necesaria para llegar al tendido. De nuevo sumó muchos muletazos en un trasteo que acabó yendo a menos.