El discurso es el mismo pero la manera de llevarlo a cabo es radicalmente diferente dependiendo del compañero de viaje que tenga Ciudadanos. Albert Rivera tiene una calculada estrategia de neutralidad en Madrid y Andalucía para que toda España lo visualice como un partido útil, que viene a cambiar la "vieja política" y a trabajar por los intereses de los españoles en lugar de hacerlo por el de los partidos.
Rivera dio la orden de no formar parte de estos gobiernos, pero hay cambios sustanciales entre uno y otro caso. El máximo responsable de C´s en Madrid, Ignacio Aguado, lleva a cabo una minuciosa política de control hacia el Gobierno del PP, con exigencias que ni siquiera han planteado en Andalucía. Con Susana Díaz las cosas son diferentes, hay un entendimiento claro que pone las cosas muy fáciles a la socialista. No son solo percepciones o quejas del PP, sino decisiones concretas y avaladas por Albert Rivera, que mantiene una constante comunicación con Juan Marín, el líder andaluz de Ciudadanos.
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